En aquel indescifrable laberinto de olivos debían estar todas las vidas posibles. Lo intuía de pequeño, sólo quedaba buscar bien, saber mirar.
Cuando las tinieblas se coagulaban emergían ruidos que se suspendían rezagados sobre las ramas como presencias de otro tiempo y a tu respiración se amarraban jadeos ocultos, tintineos del aire bajo miríadas de estrellas.
Era la historia, era la fantasía de visita.
Sólo quedaba mirar, mirar bien.
Amigo Pedro, en muchas ocasiones deberíamos pararnos a observar...¡no sabemos lo que nos perdemos!. Cada lugar, cada momento...tienen recónditos alguna sorpresa para el ser sensible que es capaz de olvidar todo lo pasajero y por el contrario poner atención a lo verdaderamente "importante". Estupenda fotografía. Gracias por ofrecérnosla.
ResponderEliminarCoincido con Kunkache... Me encanta la geometr'ia de la foto! Verticales, horizontales, diagonales y los casi c'irculos de los 'arboles. Muy bella foto. Saludos.
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