Me llama Anibal para decirme que atrapó un duende del género trasgo y que me ofrece la posibilidad de fotografiarlo si acudo rápido. Manejo sin demora y, al llegar, me encuentro a Anibal desesperado.
- Acaba de perderse, se lamenta, lo tenía en la quesera con su manita tapándose la nariz, el gesto de enfado y el gorrito rojo torcido. No sé como se fugó pero un duende suelto en una hotelito rural es una tragedia. Como sabes, tienen predilección por esconder las cosas y este no lleva ni una hora escapado y ya escuché decir a un cliente que no encontraba su navegador GPS y a otro que perdió su móvil.
Mientras desgustábamos un aromático café intente tranquilizarle.
- Anibal, no encontrar un GPS tiene su gracia y lo del móvil pasa todos los días. Además, un hotel rural como el tuyo no necesita ni una cosa ni otra, lo esencial es descansar y olvidar lo superfluo por lo que, bien mirado, el duendecillo puede haberte hecho un favor.
Parece que mis palabras le calmaron bastante.
- Quédate a cenar, prepararé un plato de pasta y pondré bossanova.
- No gracias Anibal, le dije, tengo mucho trabajo, mañana debo presentar unos proyectos y quiero quedarme parte de la noche repasando.
Me despedí y encaminé mis pasos hasta el auto que estaba aparcado bajo una higuera. Y lo hubiera arrancado y me hubiera ido de no ser porque no hubo forma de encontrar mis llaves.
--
Foto: alrededores de la casa rural de Anibal.
Precioso bosque dónde vive Aníbal... no me extrña que todos querás perderos por allí, hasta los duendes.
ResponderEliminarUn saludo
Qué maravilla de la naturaleza, dónde es? Si hay Trasgos de por medio imagino que por el norte...
ResponderEliminarVaya por Dios! es una suerte que el duende esté haciendo de la suyas... ;-)
ResponderEliminarSaludos!!!
uffff pero qué duende!
ResponderEliminarEspero que encuentres a ese duendecillo y captures fotos.
Linda imagen.
Gracias respondo en grupo. La imagen pertenecen al entorno privado de la casa rural que se encuentra en el norte de Portugal, cerca de Galicia. El dueño se llama efectivamente Anibal y lo que en realidad perdió fue un gato. Estaba el hombre muy preocupado pero apareció al día siguiente, con ese entorno seguro que estuvo de caza ratonil.
ResponderEliminarSaludos y gracias.
Me encantó la magia de tu relato. Estuviste cerca de Galicia!! Cuando pases por Coruña no olvides avisarme. Eso sí tiene que ser antes del 28 de Mayo que parto para Argentina.
ResponderEliminarAbrazos.